Parte los 300 gr de calabaza en 2 o 3 partes, colócalos en un recipiente con tapadera (o que puedas cubrir con papel film) e introduce en el microondas durante 3 minutos.
Saca la calabaza del microondas, y con cuidado de no quemarte, pela la calabaza, córtala en trocitos y vuélvela a introducir al microondas en ese recipiente tapado durante 5 minutos. Si al cabo de ese tiempo no está totalmente blanda y tierna, vuelve a introducir unos minutos más.
Aplasta la calabaza con un tenedor o cualquier otra herramienta como si fuera puré en caso de que te guste así, o desmenúzala un poquito si prefieres encontrar trozos más grandes dentro del bizcocho.
Vacía el yogur en un pequeño bol para poder utilizar su recipiente como medida, desde el primer momento.
Precalienta el horno a 180º durante estos 10 minutos que vas a dedicar aproximadamente a elaborar la masa.
En un bol grande, añade las dos medidas de azúcar y los huevos, y bátelos enérgicamente, mejor con unas varillas o una cuchara.
Añade el aceite y el yogur, y sigue batiendo para que la mezcla quede homogénea, sin grumos. Ralla muy finita la piel de medio limón y añádela.
Ahora, sitúa un colador justo encima del bol y ve añadiendo las medidas de levadura y harina, de forma que pasen por el colador. Termina de mezclarlo todo, que queden perfectamente integrados todos los ingredientes.
Pela el jengibre fresco y rállalo, e incorpóralo junto con el puré de calabaza a la mezcla del bizcocho, y remueve suavemente.
Forra el molde con papel de horno o úntalo con un poquito de mantequilla, impregnando la base y las paredes, y vierte la masa en el molde. Si quieres que te quede tan finito como a nosotros, deberás utilizar dos moldes y dividir la masa entre ellos.
Coloca la bandeja en el horno, a una altura media, y mantén esa temperatura de 180º durante unos 25 minutos. Este es el verdadero truco, no dejarlo más de 25 minutos en el horno, para que las paredes apenas se doren, y el interior esté muy muy jugoso incluso días después. Si lo horneas todo junto en un mismo molde, el tiempo estará rondando los 35-40 minutos.
Haz la prueba del palillo: pincha con un palillo el bizcocho, y si sale sin restos pegados, es que está listo. Apaga el horno, saca el bizcocho y déjalo reposar al menos 10-15 minutos antes de desmoldarlo
Ingredientes
Instrucciones
Parte los 300 gr de calabaza en 2 o 3 partes, colócalos en un recipiente con tapadera (o que puedas cubrir con papel film) e introduce en el microondas durante 3 minutos.
Saca la calabaza del microondas, y con cuidado de no quemarte, pela la calabaza, córtala en trocitos y vuélvela a introducir al microondas en ese recipiente tapado durante 5 minutos. Si al cabo de ese tiempo no está totalmente blanda y tierna, vuelve a introducir unos minutos más.
Aplasta la calabaza con un tenedor o cualquier otra herramienta como si fuera puré en caso de que te guste así, o desmenúzala un poquito si prefieres encontrar trozos más grandes dentro del bizcocho.
Vacía el yogur en un pequeño bol para poder utilizar su recipiente como medida, desde el primer momento.
Precalienta el horno a 180º durante estos 10 minutos que vas a dedicar aproximadamente a elaborar la masa.
En un bol grande, añade las dos medidas de azúcar y los huevos, y bátelos enérgicamente, mejor con unas varillas o una cuchara.
Añade el aceite y el yogur, y sigue batiendo para que la mezcla quede homogénea, sin grumos. Ralla muy finita la piel de medio limón y añádela.
Ahora, sitúa un colador justo encima del bol y ve añadiendo las medidas de levadura y harina, de forma que pasen por el colador. Termina de mezclarlo todo, que queden perfectamente integrados todos los ingredientes.
Pela el jengibre fresco y rállalo, e incorpóralo junto con el puré de calabaza a la mezcla del bizcocho, y remueve suavemente.
Forra el molde con papel de horno o úntalo con un poquito de mantequilla, impregnando la base y las paredes, y vierte la masa en el molde. Si quieres que te quede tan finito como a nosotros, deberás utilizar dos moldes y dividir la masa entre ellos.
Coloca la bandeja en el horno, a una altura media, y mantén esa temperatura de 180º durante unos 25 minutos. Este es el verdadero truco, no dejarlo más de 25 minutos en el horno, para que las paredes apenas se doren, y el interior esté muy muy jugoso incluso días después. Si lo horneas todo junto en un mismo molde, el tiempo estará rondando los 35-40 minutos.
Haz la prueba del palillo: pincha con un palillo el bizcocho, y si sale sin restos pegados, es que está listo. Apaga el horno, saca el bizcocho y déjalo reposar al menos 10-15 minutos antes de desmoldarlo